INMACULADA CONCEPCION DE ARANJUEZ, ESTEBAN MURILLO

Esta es una de las versiones más maduras y estilizadas de la Inmaculada Concepcion, y en las que se transmite de manera más eficaz el impulso ascensional.

Desde hacía siglo y medio en España estaba tomando cada vez más fuerza la devoción a la Inmaculada Concepción, que alcanzaría un vigor extraordinario y acabaría convirtiéndose en una de las principales señas de identidad colectiva. Se trata de uno de los temas más genuinamente locales, por cuanto fue España el principal defensor del misterio y aquél que luchó con mayor insistencia por convertirlo en dogma de fe. Literatos, escultores, pintores, orfebres o grabadores intentaron difundir la imagen de la Inmaculada Concepción. Los pintores llevaban mucho tiempo poniendo su empeño en conseguir una representación de la Inmaculada que acertara a expresar todo el fervor popular que concitaba este misterio. Sin embargo será Murillo el que fue capaz de hallar la formula que le permitió expresar en una imagen todas las características que requería tan popular devoción.