EL IMPERIO DE LAS LUCES II, MAGRITTE

Existen varias versiones de este cuadro. En la parte inferior, representa una vista nocturna de una calle, escasamente iluminada por una farola y las luces de las ventanas. En la parte superior, un cielo azul celeste con nubes algodonosas.

Este juego entre el día y la noche resulta desconcertante. Si uno se parara al mirarlo, comprobará que lo que más incomoda es la luz del cielo, que hace parecer la calle todavía más oscura. Para confundir aún más, Magritte no pinta árboles en la zona donde está situada la farola, bajando el cielo azul hasta el borde de los tejados. Es la parte más iluminada de la calle. ¿Pero está iluminada tan solo por la farola o también por la luz del sol? ¿O es la farola la que proyecta la luz hacia el cielo?

El estilo de Magritte es pulcro y nítido, pero sus cuadros resultan siempre agobiantes. El que represente este tipo de escenas imposibles con tanto realismo, hace que inconscientemente sintamos la necesidad de comprenderlas y frustremos al no conseguirlo.